sábado, 9 de febrero de 2008

Filosofía I

Confieso que siempre tuve un poco de envidia de los que han tenido la suerte de ser alumnos de mi padre, aunque no desagradaba del todo cuando me decían: "tu jefe es muy buen profesor."
Siempre tuve la curiosidad de conocer la otra "identidad" de este señor, y lamentablemente no se daba la oportunidad.

Es un padre excelente y siempre nos ha presumido ser mejor profesor que padre; (Lo veo imposible, pero hay que darle el beneficio de la duda, después de todo tiene más experiencia en el magisterio, 42 años {!}, y escasos 30 como padre) "al menos mis alumnos se sientan a escucharme, ya sea por obligación, pero me escuchan, a diferencia de mis hijos" al oír eso regresaba ese sentimiento terrible: ¿Por qué razón no termino de conocer al hombre que junto a mi madre, me han criado, soportado y querido después de todo? Y más aun ¿Por qué no compartirme sus ideas políticas/sociales/revolucionarias/radicales que ha obtenido a lo largo de su aprendizaje? ¿Sólo a sus alumnos? ¿Qué no ves que puedo malinterpretar las cosas?

Recuerdo que en alguna ocasión de mi alocada adolecencia, después de haber leído "El libro verde olivo" y haber investigado acerca de Lenin, adquirí una energía agresiva y con una gran impotencia le pregunté, palabras más, palabras menos: "¿Qué está pasando? ¿Qué espera el proletariado de México para levantarse en armas contra la opresión del poderoso? El capitalismo ya esta viciado, se acabó su ciclo." -Muy inocente creía que se podía formar la "guerra de guerrillas" en este país en ese tiempo, y conseguir llegar al comunismo utópico, en sí, sigue siendo mi gran pasión y sólo se queda en eso-. No recuerdo exactamente las palabras, y emularlo se me hace muy díficil, sólo sé que me convenció de que no era el momento, y que no estabamos listos para semejante cambio.

La verdad me sentí alagado en el momento que el hombre más radical que conozco me invitó a presenciar sus clases de Filosofía I.

Ayer fue mi primer clase de filosofía en la prepa nocturna, entre mis cosas busqué un cuaderno, tomé el primero que encontré y una lapicera, de esas rotas que no sabes si van a escribir. Cuando iba caminando, sentí entusiasmo y estaba algo nervioso, ya que iba un poco tarde (...). Cuando llegué sólo estaba un alumno y el Maestro,

-Buenas noches
-Buenas noches, adelante

No sé a qué se debió, sólo quise tomar el papel de estudiante, así que me senté en algún lugar estratégico, abrí mi cuaderno, que parecía más acordeón, y comencé a buscar una página en "blanco"; mientras mi padre borraba el pintarrón. Lo que nunca; en la parte superior derecha de mi cuaderno escribí la fecha, y debajo el nombre de la materia, miré al pizarrón y el profesor estaba escribiendo el programa, noté nerviosismo en su manera de escribir, unas letras escritas, borradas y reescritas, bajé la cabeza y pensé: "No te preocupes padre, sé que no me vas a decepcionar, estoy más nervioso que tú, no quiero, ni te voy a quedar mal."

...y si; apunté todo el programa...

1 comentario:

Unknown dijo...

Hey, ¿qué tal, Greench?
Pasaba por la Web, y me topé con tu blog sobre Filosofía I...
Yo alguna vez tomé clases con tu padre, aunque la asignatura era Economía... Fue interesante ver cómo se salía casi por completo de los lineamientos que el programa de la materia imponía, por hallarse él en una postura ideológica distinta a la que promulgan los estatutos de la educación institucionalizada: nos dedicamos a estudiar un poco de Marx. (Digo "un poco", porque la brevedad del curso y los conocimientos previos del grupo, no especializado en estas materias, no se prestaban para más; cuando mucho, titularía de introductoria la clase.)
Recuerdo que hablaba de cómo el aparato del poder al que estábamos subordinados, manifestándose como aparato de la educación (llámese S.E.P., o como corresponda) pretendía orientar el discurso pedagógico hacia un consumismo: "para que piensen como capitalistas", citándolo literal.
En fin, no sé qué tanto impactó la materia entre mis compañeros, lo que sí sé es que el bombardeo propagandista (publicitario/de marketing/de consumo) afecta los sentidos de los pobladores por una cantidad inusitada de vías (véase, al respecto, la obra de Gilles Deleuze -Postdata sobre las sociedades de control-, y el esquizoanálisis en general)... tal parece que la magia clásica se ha tornado en imagología: así como en la antigüedad se pretendió insertar imágenes en las mentes de los humanos para configurar mágicamente el mundo (a partir de estos constructos), el marketing moderno pretende, mediante el anuncio espectacular -concepto que abarca aquí tanto a la publicidad "ambiental" como a la televisión y a otros-, promover la entrada de imágenes al servicio del aparato de consumo...
Bueno, creo que me he desviado un poco..., considero que sería bueno que pusieras más sobre tus impresiones en la clase que ahora cursas... Luego volveré a pasar por tu Greenchow, o como se llame...
Cordial saludo.