En esta sociedad en la que la igualdad no deja de ser sólo una palabra que se escucha muy bonita en la verborrea de la buena etiqueta, ha surgido una idea digna de ovación en nuestro transporte público; camiones y vagones color rosa, preferentes para el uso de nuestras tapatías, que disgustan de nuestro ya arraigado y tradicional ritual de apareamiento, conocido por las subculturas como el popular arrimón, llegue o repegón. Esta transgresión contra los grandes avances que las mujeres habían logrado en materia de igualdad, se ha acribillado gracias al retroceso de las mentalidades diluvianas, y chatas que nos han inundado. Si esa es la mejor solución a la que se puede llegar en respuesta al "problema", propongo, que quede estrictamente prohibido, que las representantes del denominado, -de nuevo-, sexo débil, muestren en público más allá que sólo sus ojos, usando vestimentas típicas del medio oriente, o para definitivamente protegerlas de nuestras vulgares maneras, imponerles toque de queda. Hay quienes ya quieren autobuses verdes... ó "yo soy re-mamón así que exijo una unidad y ruta exclusiva para mi servicio"; en respuesta, su servidor propone es esta sociedad arco iris, unidades grises, en la que nuestro grupo ahora excluido y discriminado, pueda fumar con total libertad en estos vehículos; y mejor aún, el servicio y consumo de nuestros tragos predilectos; creo que al menos dos o tres nos levantaríamos más temprano para hacer nuestras actividades de producción, e iríamos por nuestras rutas cotidianas, con mayor disposición, compadrazgo y humanidad a nuestras labores enajenantes.
Digo, en esta sociedad en la que la tendencia es la división, las fronteras, la exclusión, y discriminación, estas soluciones presumen de ser avances muy considerables; pero en total incoherente, al "castigar" de una manera severa el racismo y discriminación, y nuestros pseudolíderes de opinión de las grandes cadenas televisivas pegan el grito al aire en el momento en que un jugador de soccer de color serio, es "ofendido" por un par de mexicas al decirle chango -"Dios mío representan a nuestra más grande casa de estudios!!"- (es nuestro reflejo, no hay que pedirle peras al olmo); sinceramente, no sé qué sea más racista el hecho de que susodicho jugador se ofenda al recibir tales sentencias o el hecho de que estos señorones de lo más cultos, relacionen a un chango, directamente con el color de piel o como comentario racista. Si me dicen imbécil, no lo tengo que relacionar con mi retraso mental... Aclaro, no por el hecho de que en el estadio le grite puto al arquero del equipo rival, se me debe considerar homofóbico, o que exponga de una manera ruin sus preferencias sexuales. Por favor gente; existen ofensas mucho más grandes en nuestras narices, que no nos han enseñado a divisar y que precisamente con este tipo de distracciones dejamos de ver.
Por lo regular soy malinterpretado y seguramente no me doy a entender, no pretendo exponer una insencibilidad, pero el hecho de que una (cuelga decirlo) mamasita sea sospechosa del asesinato de su hijita, no amerita noticias y más noticias durante semanas sobre el caso. Seamos realistas, ¿cuántas veces hemos sabido de madres inconscientes que asesinan a sus hijos?
No hay lugar a dudas de que este país es valiente y topador, sin importar el reto que nos pongan lo superamos y salimos victoriosos. Exterminamos completamente la PANDEMIA que nos estaba exterminando hacía apenas un año, ¿qué no? ¿o ya no nos acordamos?. Me tachaban de mamón, malinformado y valemadrista (pensándolo bien, eso aún no ha cambiado), porque no sabía de los casos de zombies mutantes que transitaban por las calles calléndose en pedazos alimentándose de nuestro pánico al contagio. Lo más plausible es la rápida actuación de nuestro respetadísimo ejecutivo, que rescató MILLONES de vidas inocentes encerrándolas en sus casas, alejándolas de sus tareas de producción, ocio y, aunque deficiente, educación. Lamentablemente, mientras nos sigan dividiendo, distrayendo y encerrando, seguiremos destruyéndonos mutuamente y desconfiando el uno del otro, y entre tanto, los verdaderos incoherentes obtienen cada vez más.
Digo, en esta sociedad en la que la tendencia es la división, las fronteras, la exclusión, y discriminación, estas soluciones presumen de ser avances muy considerables; pero en total incoherente, al "castigar" de una manera severa el racismo y discriminación, y nuestros pseudolíderes de opinión de las grandes cadenas televisivas pegan el grito al aire en el momento en que un jugador de soccer de color serio, es "ofendido" por un par de mexicas al decirle chango -"Dios mío representan a nuestra más grande casa de estudios!!"- (es nuestro reflejo, no hay que pedirle peras al olmo); sinceramente, no sé qué sea más racista el hecho de que susodicho jugador se ofenda al recibir tales sentencias o el hecho de que estos señorones de lo más cultos, relacionen a un chango, directamente con el color de piel o como comentario racista. Si me dicen imbécil, no lo tengo que relacionar con mi retraso mental... Aclaro, no por el hecho de que en el estadio le grite puto al arquero del equipo rival, se me debe considerar homofóbico, o que exponga de una manera ruin sus preferencias sexuales. Por favor gente; existen ofensas mucho más grandes en nuestras narices, que no nos han enseñado a divisar y que precisamente con este tipo de distracciones dejamos de ver.
Por lo regular soy malinterpretado y seguramente no me doy a entender, no pretendo exponer una insencibilidad, pero el hecho de que una (cuelga decirlo) mamasita sea sospechosa del asesinato de su hijita, no amerita noticias y más noticias durante semanas sobre el caso. Seamos realistas, ¿cuántas veces hemos sabido de madres inconscientes que asesinan a sus hijos?
No hay lugar a dudas de que este país es valiente y topador, sin importar el reto que nos pongan lo superamos y salimos victoriosos. Exterminamos completamente la PANDEMIA que nos estaba exterminando hacía apenas un año, ¿qué no? ¿o ya no nos acordamos?. Me tachaban de mamón, malinformado y valemadrista (pensándolo bien, eso aún no ha cambiado), porque no sabía de los casos de zombies mutantes que transitaban por las calles calléndose en pedazos alimentándose de nuestro pánico al contagio. Lo más plausible es la rápida actuación de nuestro respetadísimo ejecutivo, que rescató MILLONES de vidas inocentes encerrándolas en sus casas, alejándolas de sus tareas de producción, ocio y, aunque deficiente, educación. Lamentablemente, mientras nos sigan dividiendo, distrayendo y encerrando, seguiremos destruyéndonos mutuamente y desconfiando el uno del otro, y entre tanto, los verdaderos incoherentes obtienen cada vez más.